En este año tan celebrado por ser el 25 aniversario del CERMI, la mirada de la discapacidad se mantiene también atenta a la futura presidencia española de la Unión Europea, porque “son eventos muy importantes ante los que hay que trabajar porque la experiencia nos dice que otras presidencias españolas, en 2002 y 2010, han supuesto avances muy importantes en la agenda política de la discapacidad”, según asegura Pilar Villarino, directora ejecutiva del CERMI en la presentación del ‘Conversatorio Europa más Social. Una Europa adaptada a la Era Digital, la transformación digital solo puede ser social’. Una iniciativa que ha contado con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, en el marco del proyecto del CERMI EuropaMASsocial, financiado con cargo a la convocatoria pública de actividades de interés general consideradas de interés social.

 

La jornada se centra en la transformación digital, uno de los seis ejes prioritarios de la Comisión Europea y en el que el CERMI tiene mucho que aportar pues “la agenda digital es un mundo fascinante en el que hay muchos retos y en el que todas las personas tenemos que poder entrar”. Así lo entiende Villarino, que da paso a Teresa Coutinho, representante de la Oficina del Parlamento Europeo en España, que interviene en la inauguración explicando que actualmente hay al menos tres directivas en marcha relacionadas con este tema: el reglamento de servicios digitales; el acto de los mercados digitales y el acto de gestión de datos. Afirma que este es el momento más importante para hablar de este tema desde la perspectiva marcada por el propio título de la jornada: “La transformación digital solo puede ser social”. 

 

En la misma inauguración interviene el director General de Derechos de las Personas con Discapacidad del Gobierno de España, Jesús Martín, quien afirma que en el ministerio trabajan con rigor para que el reto de la digitalización sea inclusivo y no genere sesgos ni brechas para las personas con discapacidades porque existen percepciones negativas profundamente arraigadas sobre el valor de las personas con discapacidad que surgen de lo que llamamos capacitismo: “Los poderes públicos debemos estar vigilantes para que la digitalización, o la Inteligencia Artificial (IA), no se nutra del capacitismo ni repita patrones de opresión y discriminación hacia las personas con discapacidad, vividos en la era analógica”.

 

Anuncia además que “cumpliremos los plazos en tiempo y forma para trasponer la directiva europea de accesibilidad”; “pondremos en marcha un estudio profundo sobre discapacidad, IA y digitalización” y pronto verá la luz “la nueva ley de telecomunicaciones que incorpora preceptos importantes de accesibilidad universal”.

 

 

Juergen Foecking, de la Oficina del Parlamento Europeo en España, modera un primer panel dedicado especialmente a la cuestión normativa. En su presentación, advierte de la posición europea ante el desarrollo digital. Aunque en Europa no contamos con grandes plataformas, como EE.UU. y China, “sí tenemos el poder de regulación y una percepción muy diferente de la privacidad, y de cómo la discapacidad se tiene que integrar en estos temas; tenemos los retos éticos, el ser humano tiene que estar en el centro de la IA y debemos establecer reglas para las plataformas que no controlamos directamente”. 

 

A continuación, en un mensaje grabado, Adriana Maldonado, europarlamentaria del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, comenta lo acertado del título de la jornada y habla del “valor de la digitalización como motor transformador e igualitario en una sociedad que necesitamos que sea cada vez más justa, más social y mucho más accesible para todas las personas de la UE”. 

 

Pablo Arias, europarlamentario del Grupo Popular Europeo, interviene también a través de una grabación, y advierte de que “la digitalización ayuda a avanzar, pero si no lo gestionamos bien puede generar barreras y desigualdades”; al mismo tiempo, “las nuevas tecnologías tienen el potencial de reducir las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad cada día”. 

 

Álvaro Couceiro, sociólogo y miembro del Foro Europeo de la Discapacidad, se centra “en los dos procedimientos principales en marcha actualmente, que son el acta de servicios digitales, y la de mercados digitales”. Explica los pasos dados por el EDF para lograr que estas normas sean accesibles, comenzando con su participación en la consulta pública, y asegura que algunos problemas con estas normas “provienen de la idea errónea de que el acta de accesibilidad cubría ya ciertos ámbitos, pero solo cubre comercio electrónico y no llega al resto, a más del 90% de los servicios digitales”.

 

En definitiva, afirma, el movimiento de la discapacidad europeo siente una gran decepción ante el trabajo desarrollado con el acta de servicios digitales y solicita que se reconsidere el acuerdo actual. A su vez, respecto al acta de mercados digitales, entiende que el resultado ha sido mejor, aunque en sus conclusiones expresa que “los Estados miembros no han cumplido con sus obligaciones en virtud de la Convención de la ONU sobre Discapacidad”. 

 

 

En representación del Grupo de Transformación Digital de CERMI Estatal, Virginia Carcedo, centra su intervención en cómo se construye la IA y los datos que van detrás y asegura que “la IA es una de las tecnologías más transformadoras de nuestro tiempo y está destinada a alterar el tejido de la sociedad”. La IA genera grandes beneficios, pero también ciertos riesgos, por eso, afirma, la UE debe posicionarse ante estos retos con una necesaria actuación legislativa que garantice la protección de los derechos fundamentales y la seguridad de los usuarios. 

 

Esta experta explica que “la mayoría de los sistemas de IA plantean un riesgo bajo de discriminación, pero algunos peligros importantes” y relata que algunas empresas argumentan que si nos centramos mucho en las personas se frena la innovación, algo en lo que ella no cree porque entiende que, muy al contrario, se generan productos y formas más diversas e innovadoras: “Pensar en las personas no es un riesgo, es una oportunidad”. Hablando de IA, se detiene en los sesgos que pueden reproducir esa tecnología y hace un llamamiento a estar vigilantes para que eso no ocurra, y explica: “Todos los seres humanos tenemos sesgos y si no tenemos cuidado se van a reproducir en los sistemas de IA porque los sesgos los generan las personas que crean esos datos”. Eso sí, también es importante saber que “los algoritmos sesgados son más fáciles de corregir que las personas sesgadas”, es decir, “la discriminación por algoritmo se puede descubrir y corregir más fácilmente que otras discriminaciones”. 

 

Finalmente, anima a la UE a esa regulación donde los algoritmos ayuden a garantizar un trato equitativo; anima a las empresas a “que entiendan que un algoritmo y los derechos humanos juntos pueden ser un elemento muchísimo más importante de innovación y la innovación no se frena por poner a las personas en el centro, porque la diversidad genera riqueza”. Y advierte que el problema que plantean los sesgos ni siquiera es un problema de accesibilidad, “es un tema de derechos y es una cuestión de ética y de inclusión”. 

 

Francisco Bariffi, de la Universidad Carlos III de Madrid, autor del Manifiesto del CERMI sobre IA y Derechos Humanos, centra su intervención en el informa del relator de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Gerard Quinn, sobre IA y discapacidad: “El informe de Quinn habla de IA, de adopción automatizada de decisiones y de la tecnología de aprendizaje automático y acierta en abarcar estas tres modalidades tecnológicas íntimamente relacionadas; cada uno de ellas genera un riesgo diferente”. Quinn habla del potencial liberador de la IA para las personas con discapacidad y de los avances que se producen con ella hacia el concepto de igualdad inclusiva y advierte de que la Convención de la ONU sobre Discapacidad debe ser la referencia básica para evaluar los riesgos y oportunidades de la IA.

 

Entre los riesgos enfatiza lo que es la caja negra, o los problemas de transparencia, ya que la IA suele estar oculta, además, “las empresas a menudo alegan propiedad intelectual para no revelar el código fuente, o ciertas informaciones”. Y como beneficios para las personas con discapacidad, habla de que la IA resulta muy positiva para la tecnología de apoyo; para el aprendizaje adaptado en materia de educación inclusiva y en temas de salud, con diagnósticos y tratamientos... Concluye que la IA puede ser la clave para diseñar sistemas que aprendan en base a la diversidad y augura “un auge futuro de asistentes personales basados en IA, una oportunidad de oro”. En todo ese desarrollo, advierte, “es necesaria una participación activa del movimiento asociativo en el diseño digital”. 

 

 

En un bloque final, Álvaro García Bilbao, del grupo de Transformación Digital del CERMI Estatal, defiende los derechos de las personas con discapacidad mayores y afirma que “la discriminación tecnológica constituye una forma de pobreza y exclusión social”. Habla de la voluntad política y de la financiación económica realista; del diseño universal y la accesibilidad de internet y apuesta por la investigación y una necesaria financiación; recuerda a la España vaciada al hablar de la brecha digital y la importancia de la accesibilidad cognitiva; y finaliza asegurando que “la Convención de la ONU sobre Discapacidad y los ODS han de ser el marco referencial y de prescripción de la transformación digital en relación con las personas con discapacidad”. 

 

Para finalizar, en nombre de las mujeres, Pilar Villarino, secretaria del Patronato de la Fundación CERMI Mujeres, habla de pobreza, género y discapacidad y del déficit de formación en tecnología que presentan las mujeres con discapacidad, así como la falta de acceso a la conectividad. Explica que el petróleo del siglo XXI son los datos, y que “los datos son la materia prima de la IA, y el gran problema de las mujeres con discapacidad es la invisibilidad en los datos” De ahí la necesidad de contar con una macroencuesta sobre violencia de género en las mujeres con discapacidad en Europa, ya que estos datos podrían ser aplicables a otras soluciones de IA, algoritmos y demás tecnologías y pueden resultar también esenciales para la interconexión entre discapacidad y género que no existe en legislaciones europeas. 

 

Termina con una mención a las grandes oportunidades que puede haber en las tecnologías exponenciales y habla del ciberfeminismo, “que supone una gran oportunidad para las mujeres con discapacidad, para mejorar todo el trabajo en red que tenemos consolidado en el movimiento de mujeres con discapacidad”.

 

Grabación audiovisual accesible